Llegar a una casa nueva implica llevarse de todo en la mudanza: muebles, ropa, utensilios… Pero, con la comida y los alimentos, ¿qué hacemos?

Lo mejor de todo es comérselos o donarlos a una organización solidaria, pero siempre habrá gente que prefiera llevarse bajo el brazo el pan y la sal.

Si se ha pasado la fecha de caducidad…

La respuesta es clara: ya haya estado guardado en nevera o en despensa, mejor tirar todo lo que haya caducado en vez de llevarlo con la mudanza.

¡Cuidado! No confundir la fecha de caducidad con la de consumo preferente; la primera hace referencia a cuándo no hay que consumir ya un alimento; la segunda solo marca la fecha en la que empieza a perder las propiedades nutricionales.

Cuidado con el cristal

Todo lo que vaya embotellado en cristal es frágil, por lo que hay que tener especial cuidado en la mudanza; si se derrama un líquido puede estropear otros enseres.

Lo mejor es llevar durante la mudanza las botellas y recipientes en contenedores metálicos; así se evita que, si se rompe alguna, el contenido derramado se filtre fuera de la caja, algo que puede ocurrir, por ejemplo, si esta es de cartón.

Alimentos congelados

Todo lo que haya estado guardado bajo refrigerio debería transportarse en las mismas condiciones. Si se deshielan y pasan más de dos horas fuera del congelador, es mejor que se tiren.

En este sentido, es conveniente distinguir si los alimentos son o no perecederos:

  • Alimentos perecederos. Son aquellos que empiezan a descomponerse y perder sus nutrientes bajo determinados factores: humedad, temperatura, presión…; estos alimentos (que se conocen comúnmente como “frescos”) deben congelarse para evitar el crecimiento de las bacterias. Los ejemplos más claros son la carne, el pescado, la leche, los huevos y algunas frutas y verduras.
  • Alimentos imperecederos. Son todos los que no se deterioran por los factores dichos anteriormente, por ejemplo los alimentos enlatados y otros como azúcar, salaceite, café…; con los que están en lata hay que tener cuidado, ya que si se abren pasan a ser perecederos y hay que congelarlos.

IMPORTANTE: no se deben volver a refrigerar los alimentos descongelados. Solo se recomienda volver a congelar un alimento si previamente se ha cocinado con calor intenso. De esta manera es como se pueden eliminar las bacterias o microorganismos alojados en los alimentos.

 

En resumidas cuentas, en una mudanza no pienses en llevarte los alimentos a tu nueva casa. Es un consejo de Gonatrans, empresa especializada en mudanzas en Alicante, Santa Pola, Elda y Villena.