Muchas viviendas cuentan con un espacio en su vivienda o edificio habilitado como aparcamiento para el coche. Y es que un garaje, sin duda, tiene muchos beneficios. Por eso la mayoría (por no decir todas) de nuevas casas los incluyen. Pero no siempre ha sido así, ya que muchos edificios de los años 60, 70 y 80 no se construían con garaje, lo que suponía un gran problema en ciudades con mucha densidad de población.

Tipos de garaje

En la actualidad son dos los estacionamientos más comunes.

  • Garaje compartido. Es el espacio subterráneo de un edificio o conjunto de viviendas donde se distribuyen las plazas de aparcamiento correspondientes a cada propietario, sin ninguna pared ni separación física entre estas. Es un espacio totalmente diáfano en el que también pueden estar los trasteros.
  • Garaje propio. Es una estancia propia con acceso exclusivo a la vivienda. Puede ser subterráneo o en superficie, y puede albergar uno o más coches según el espacio con el que cuenta.

Otras viviendas o edificios en vez de garaje subterráneo compartido lo que tienen son plazas de aparcamiento al aire libre pero dentro del recinto de la urbanización.

Ventajas de tener garaje

Son muchas dependiendo del tipo de estacionamiento:

Beneficios del garaje compartido

  • El coche estará protegido de las inclemencias del tiempo: lluvia, viento, hojas de los árboles, etc.
  • El vehículo está a salvo de posibles
  • Evitas golpes y rozaduras con otros coches al aparcar.
  • Siempre tienes tu plaza propia, sin tener que molestarse en buscar hueco en la calle.

Beneficios del garaje propio

Además de las ventajas del garaje compartido que acabamos de mencionar, el garaje propio tiene como principal beneficio que es un espacio propio de vivienda, por lo que se puede aprovechar para otros usos. Por ejemplo,  organizar una comida para no ensuciar el comedor principal de la casa.

 

Desde Mudanzas Gonatrans el consejo que te damos es muy claro: si te mudas, que sea a una casa con garaje.